En la sede de la CREA
La Confederación de Empresarios de Aragón me invitó a departir con sus organizaciones miembro (Cepyme Aragón, CEZ, CEOS-Cepyme Huesca y CEOE Teruel, y la Cámara de Comercio e Industria) este pasado jueves. En mi intervención expliqué nuestro proyecto político y el programa económico con el que concurrimos a estas elecciones y, tuve oportunidad, también, de conocer algunas de sus inquietudes y demandas.
Muchas de ellas son coincidentes: lucha contra la corrupción y el fraude (en política, en empresa y en todas partes donde haga falta), contra la economía sumergida, obtención de una Marca Aragón potente, reivindicación de infraestructuras necesarias para el desarrollo del País, mayor peso político Aragón en el conjunto del Estado…
Lo que está claro es que para salir adelante es preciso que todos los sectores colaboren en ello, incluido el empresarial, para generar el empleo de calidad que tiene que reactivar nuestra economía. En estos momento, más que nunca, hace falta altura de miras, altruismo y generosidad por parte de todos, y hay que entender que necesitamos recursos (que no caen del cielo) para reforzar y garantizar los servicios públicos como la educación, sanidad, y los servicios sociales.
Hay que gestionar con eficacia, pero hay que abordar sin más demora una reforma tributaria en aras a combatir el fraude fiscal y recuperar la progresividad, incrementando la tributación de las rentas más altas y de los beneficios del capital y del sistema financiero.
Todo plan de empleo que se precie deberá tener en cuenta que la mayor parte de las empresas aragonesas (que son las que, sobre todo, deben crearlo) son medianas, pequeñas o muy pequeñas, y deberá tener en cuenta el número de autónomos existentes en Aragón.
Es decir, medidas concretas para una realidad concreta: la de Aragón, como la puesta en marcha de un Instituto Aragonés de Finanzas, para garantizar liquidez a todos estos sectores, o una Oficina Antifraude, dependiente de las Cortes de Aragón.